lunes, 24 de abril de 2017

XX Festival Internacional del Viento - Playa malvarrosa

Resultado de imagen de hacer volar un cachirulo al viento

          Quien no recuerda, de niño, especialmente en Pascua ir a la playa a hacer volar su "cachirulo"?.

          Pues junto con la "mona" y saltar a la "comba" representaba una parte importante de la tradición valenciana en los días de Pascua (por cierto, antes se trataba de tres días de "mona" o sea: Domingo de Resurrección, lunes y martes y de nuevo la semana siguiente: domingo y lunes de Pascua de San Vicente). El martes de cada una de las dos semanas se perdió y en cambio se cambió la vieja cometa de toda la vida, con su cola de trapitos de color por espectaculares elementos de viento, de tamaño y formas increíbles, realizados con modernos materiales y de una envergadura tal que fabricarlos y dirigirlos precisan de verdaderos conocimientos de ingeniería y gran potencia física.

          Esta mañana se celebró la segunda Jornada del Festival, con asistencia masiva tanto de pilotos de cometas llegados de toda Europa como de público aficionado e incluso de curiosos y simples amantes del arte y la belleza.
     
          En total, serán más de 150 los pilotos de cometas y hay programadas más de 75 exhibiciones (entre individuales y por equipos), además de la zona de las gigantescas cometas estáticas (hasta 30 metros de envergadura), que hacen de esta cita una referencia anual a nivel internacional.

          Incluirá actividades como exhibiciones de cometas de cuatro hilos, jardines de viento, equipos de vuelo, vuelos por parejas, y talleres para los más pequeños. Además, se celebrará la XXV edición de la convocatoria titulada “L’infant d’Empinar el Catxirulo”, un concurso de construcción y vuelo del catxirulo tradicional valenciano. En total, se elevarán en el aire valenciano más de 800 kilos de material en cometas.

          Yo asistí tan solo a la parte de cometas estáticas y vuelo libre, quedándome sorprendido por el colorido y especialmente por la belleza de sus formas y la elegancia de su vuelo en el cielo de la playa mas emblemática de Valencia.

          Mar, aire y tierra, (arena dorada donde se mantienen firmes los pilotos) se combinan en algo sugestivo y envolvente, digno de contemplar.

          Esta es una muestra:














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