domingo, 12 de febrero de 2017

Blasco Ibañez familiar


Imagen ampliada
Casa natal


       











         Hoy visité el chalet de D. Vicente Blasco Ibáñez, el chalet de la Malvarrosa donde habitaba en el último tiempo. Estuvo durante años en estado de total abandono, hasta prácticamente derrumbarse.
         
              La actual Casa Museo fue construida muy similar a la primitiva (no sin ciertas licencias arquitectónicas) en el mismo lugar que ocupaba el antiguo chalet.

              En ella se pueden contemplar desde fotografías familiares originales hasta muebles y objetos de su uso cotidiano, pasando por cartas de amor, etc. que te hacen respirar su esencia humana.

Resultado de imagen de CHALET DE BLASCO IBAÑEZ

                 Desde su terraza, en la primera planta, se puede observar sus vistas al mar y con ello evocar sus sensaciones  marineras, sus seguramente largas horas nocturnas escuchando el rumor de las olas lamiendo la arena de la orilla de la playa frente a él, fuente de evocación indudable en determinados momentos de su meditación literaria.

                 Su larga obra, habla de su versatilidad. Temas dispares, escritos con gran aproximación al momento, que en aquel lugar de vida y trabajo te hacen cerrar los ojos y soñar.
                  
"Aunque hablaba valenciano, escribió casi por completo sus obras en castellano con solo nimios toques de valenciano en ellas, aunque también escribió algún relato corto en valenciano para el almanaque de la sociedad Lo Rat Penat.
Aunque por algunos críticos se le ha incluido entre los escritores de la Generación del 98, la verdad es que sus coetáneos no lo admitieron entre ellos. Vicente Blasco Ibáñez fue un hombre afortunado en todos los órdenes de la vida y además se enriqueció con la literatura, cosa que ninguno de ellos había logrado. Además, su personalidad arrolladora, impetuosa, vital, le atrajo la antipatía de algunos. Sin embargo, pese a ello, el propio Azorín, uno de sus detractores, ha escrito páginas extraordinarias en las que manifiesta su admiración por el escritor valenciano. Por sus descripciones de la huerta de Valencia y de su esplendoroso mar, destacables en sus obras ambientadas en la Comunidad Valenciana, su tierra natal, semejantes en luminosidad y vigor a los trazos de los pinceles de su gran amigo, el ilustre pintor valenciano Joaquín Sorolla.
Blasco cultivó varios géneros dentro de la narrativa. Así, obras como Arroz y tartana (1894), Cañas y barro (1902) o La barraca (1898), entre otras, se pueden considerar novelas regionales, de ambiente valenciano. Al mismo tiempo, destacan sus libros de carácter histórico, entre los cuales se encuentran: Mare Nostrum, El caballero de la Virgen, el ya citado Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916), El Papa del Mar, A los pies de Venus o de carácter autobiográfico como La maja desnuda, La voluntad de vivir e incluso Los Argonautas, en la que mezcla algo de su propia biografía con la historia de la colonización española de América. Añádase La catedral, detallado fresco de los entresijos eclesiásticos de la catedral de Toledo.
La obra de Vicente Blasco Ibáñez, en la mayoría de las historias de la literatura española hechas en España, se califica por sus características generales como perteneciente al naturalismo literario. También se pueden observar, en su primera fase, algunos elementos costumbristas y regionalistas.
Sin embargo, se pueden agrupar sus obras literarias según su gran variedad temática frecuentemente ignorada en su propio país, puesto que además de las novelas denominadas de ambiente valenciano (Arroz y tartana, Flor de Mayo, La barraca, Entre naranjos, Cañas y barro, Sónnica la cortesana, Cuentos valencianos, La condenada), hay novelas sociales (La catedral, El intruso, La bodega, La horda), psicológicas (La maja desnuda, Sangre y arena, Los muertos mandan), novelas de temas americanos (Los argonautas, La tierra de todos), novelas sobre la guerra, la Primera Guerra Mundial (Los cuatro jinetes del Apocalipsis, Mare nostrum, Los enemigos de la mujer), novelas de exaltación histórica española (El Papa del mar, A los pies de Venus, En busca del Gran Kan, El caballero de la Virgen), novelas de aventuras (El paraíso de las mujeres, La reina Calafia, El fantasma de las alas de oro), libros de viajes (La vuelta al mundo de un novelista, En el país del arte, Oriente, la Argentina y sus grandezas) y novelas cortas (El préstamo de la difunta, Novelas de la Costa Azul, Novelas de amor y de muerte, El adiós de Schubert) entre sus muchas obras".

         Así se puede leer en su amplia reseña en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Blasco_Ib%C3%A1%C3%B1ez

                 Político, periodista, escritor y traductor de reconocimiento mundial describía como Sorolla la luz del alma de su Valencia, reflejada en sus novelas, como La Barraca, Cañas y barro, Arrós y tartana y tantas más.

                 Me ciño a las imágenes captadas en mi recorrido por sus rincones que muestro a continuación:








  

No hay comentarios:

Publicar un comentario